1. ¿Quién soy?

Doy la bienvenida con esta primera entrada a una nueva serie de comentarios y reflexiones personales acerca de los contenidos expuestos en la asignatura de Procesos y Contextos Educativos, impartida en el Máster de Secundaria de la Universidad de Valladolid, en el curso 2021-2022. De aquí en adelante, se irán publicando en este blog dichos informes, de tal manera que resulten accesibles a cualquier persona interesada.  Antes de entrar en materia y abordar en profundidad aquellas cuestiones relacionadas con el ámbito educativo y sus pormenores, me gustaría plantear una breve reflexión acerca de nuestro estado actual, en la mayoría de los casos como estudiantes primerizos, en lo que a este tipo de conocimientos docentes se refiere. 

Mi mayor preocupación a la hora de embarcarme en la redacción de esta presentación, es la dificultad que experimento a la hora de autoevaluar mi experiencia como estudiante a lo largo de mi corta vida. Como en este caso, cuando me propongo esbozar una biografía sincera, no consigo distinguir apenas una serie de rasgos principales que pudiera asegurar que me "hacen ser quien soy". Lo cierto es que nunca me he sentido demasiado identificado con mi rol de estudiante. Esto sería como pedirle a un preso que se describiera solamente a partir del momento en que empezó su cautiverio. No obstante, más allá de cómo pudiera definir mi identidad, lo cierto es que resulta bastante más sencillo dedicarme a construir un relato ordenado causalmente que comprenda aquellas cosas a las que me dedico o aquello que hago. Aunque no esté seguro de poder afirmar con total seguridad que soy únicamente muchas de las cosas que hago o he hecho, y menos de poder reducir mi experiencia vital a tales hechos, sí que puedo decir que aquello que considero mi vida se ve en extremo afectada por estos. En ese caso puedo decir pomposamente que yo, Adrián Simonetti Kolundzija, soy un estudiante y que seré un profesor. 

De nuevo las cosas vuelven a oscurecerse. Todos sabemos que un buen estudiante es aquél que tiene una buena media y que un buen profesor es aquél que enseña bien. Pero cuántos malos profesores hemos tenido y qué malos estudiantes hemos sido. Lo cierto es que hemos aprendido a estudiar sobre la marcha, al menos la mayoría de nosotros, a base de tropezar con algún que otro suspenso. Sin embargo, ahora que nos espera un futuro como docentes, parece que esto de sobrevivir al día ya no es suficiente. Debemos realizar una serie de estudios que nos habiliten, es decir, que tengan como fin garantizar que seremos buenos profesores. 

Trato de dejar claro que la experiencia como estudiante puede ser algo bastante confuso y despreciable para muchos de nosotros y esto tiene que ver, en gran parte, con la calidad de nuestros profesores. Por lo menos, espero que así sea, pues esto significaría que aun existe algún modo tangible de solventar esta dramática situación. Por ello, espero que este curso me ayude a disipar esa sensación de incertidumbre con respecto al desarrollo de nuestro futuro laboral como profesores y, con suerte, me ayude a dar a mis alumnos aquello que muchos de mis profesores no supieron darme. Entonces podré decir con orgullo, en un futuro próximo que, aunque nunca me sentí un estudiante, soy un buen profesor.


Gracias por leerme.

Comentarios

  1. Seguro que muchos se verán reflejados en lo que cuentas. Esperando la próxima entrada!

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  2. Gran reflexión Adrián, sin duda representa la incertidumbre de nuestros tiempos y abre las puertas a un inacabado debate sobre el sistema educativo: educador y educando.

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    1. Gracias por tu comentario Marcos! Intentaré esclarecer algunos de los elementos de la relación entre educador y educando en las siguientes entradas.

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